Perdonar y pedir perdón para sanar nuestras relaciones

19 Octubre
2022

Estar en cualquiera de estos dos bandos no es un proceso fácil. Perdonar o pedir perdón nos exige un crecimiento y desarrollo humano (interno, personal) que da como resultado tres grandes tesoros para el resto de nuestra vida:



1. Autoconocimiento
tanto de mi personalidad y sus aspectos incómodos o desconocidos por mi consciencia, como de mi historia de vida y el modo en el que determinó precisamente mi forma de ser y responder en circuntancias normales, y en aquellas en las que el dolor, las heridas, el daño, la pérdida o la adversidad me ponen en un lugar de desventaja o difícil de manejar. El perdón es el camino para responder y resolver muchas de las situaciones que nos ponen en el extremo con otros o con nosotros mismos.

2. Madurez emocional
Asi es, el perdón es una gran oportunidad para aprender acerca de lo que nos indigna, lo que nos entristece, nos lastima o nos agrede. No para reprimir, negar, olvidar o evitar estas emociones, sino para estar muy alertas de que tampoco se nos desborden. El perdón nos exige aprender a regularnos, sanar nuestras heridas o reparar el daño que hemos causado a otros, para dejar ir y soltar aquellas emociones que no hemos reconocido, expresado y puesto al servicio de nuestro propio ser, nuestro crecimiento y también de aquellos que más nos importan.

3. Vínculos afectivos satisfactorios
Este es otro de los grandes beneficios del perdón. Tener relaciones interpersonales más satisfactorias, auténticas y de calidad. No existen relaciones sin conflictos, desacuerdos, discusiones o diferencias irreconciliables. El perdón es una de esas prácticas que es capaz de rescatar nuestras relaciones del rompimiento o del distanciamiento emocional. Si tu quieres que tus seres amados gocen de estar contigo y tu gozar de estar con ellos, el perdón será uno de los ingredientes indispensables durante el resto de la relación.

Si todos realizaramos un inventario o dos en el año, de aquellas relaciones en nuestra vida que son complicadas, que nos causan sufrimiento o simplemente que ya no sabemos cómo actuar o qué decir para intentar al menos “mantener la paz”; reconoceriamos la necesidad de perdonar o ser perdonados, según sea el caso; y de esta forma renovaríamos o terminaríamos relaciones que más que satisfacción, nos generan pesar o desdicha.

Por supuesto en este inventario nuestro nombre debe ir por delante. El primer perdón a pedir y a otorgar es a nosotros mismos, porque cada uno de nosotros somos nuestra fuente de sanación, liberación y paz. Cuando sanemos nuestra relación con aquel que hemos sido y con el que somos, entonces estaremos listos para amar, perdonar y entregarnos a los demás sin condiciones, temores o reservas.

Perdonar es renunciar a cualquier modo de pago y aceptar el dolor que la herida me causa, para tomarla entre mis manos y sanarla personalmente; es dejar de esperar que el otro me repare el daño ocasionado y tomar la tarea de repararme a mi mismo, independientemente de que el otro pida perdón o se disponga a resarcirme el daño que me causó.

Y qué decir acerca de pedir perdón cuando nosotros hemos causado dolor o sufrimiento. La verdad que si todos tuvieramos el entendimiento total del impacto que algunos de nuestros actos con intención o sin ella, pueden tener en los otros, especialmente en nuestros seres amados y cercanos, comenzaríamos no solo a pensar dos veces antes de actuar, sino como suelo decirles a mis pacientes, comenzaríamos a sentir antes de pensar, para después actuar.

Todos tenemos algo para perdonar y todos tenemos algo para que nos perdonen. Es tal la importancia del perdón que ha sido la única medicina, el remedio, la respuesta, la salida para situaciones de sufrimiento extremo en la humanidad y para situaciones límite en individuos que han recibido algún daño irreparable o que lo han provocado.

Entender la importancia y necesidad del perdón benficiará nuestra salud, mejorará la calidad de nuestras relaciones y nos ayudará a hacer cambios en nuestro entorno que nos aligeren nuestro andar por la vida.

Tags: Perdón, Amor Sano, Codependencia