Todas “las primeras veces” después de perder a un ser querido son muy importantes de vivir y gestionar emocionalmente durante el duelo.
Todo ese ciclo de primeras veces, incluyen los festejos especiales como nuestro cumpleaños, el día del padre o la madre, la navidad si de acuerdo a nuestras creencias la celebramos, el fin de año y el año nuevo.
En particular cuando hemos tenido pérdidas, recientes o no, las fechas decembrinas suelen ocasionar un alto nivel de ansiedad y cambios en nuestra energía, poniéndonos muy hiperactivos o desanimados; irascibles, melancólicos, angustiados o hasta infelices. Esto se conoce en Tanatología como
congoja anticipatoria y puede ocurrir antes, durante y/o después de las fechas especiales.
Es como una prueba que año con año, momento importante a momento importante, nos da la oportunidad de preguntarnos a nosotros mismos: ¿cuándo volverás a sonreír?, ¿cuándo volverás a disfrutar?, ¿cuánto mas aislamiento necesitas, para que los demás no sepan que aún sufres por lo que has perdido?
Las fechas del calendario y su significado lo asignamos nosotros, dependiendo nuestras experiencias y el sentido que le dan o le daban a nuestra vida, es decir un día significa mucho, poco, algo alegre, algo triste, de acuerdo a nuestra historia de vida y a los sentimientos reprimidos o guardados en nuestro corazón.
Hoy podemos asignarles un significado diferente, pero sólo se logra viviendo todas esas primeras veces y aceptando que, una historia nueva sólo puedes reescribirla tú.
“Vivir el duelo en fechas o fiestas especiales de nuestra vida significa recordar el pasado, mientras reconocemos que el presente cambió”.
Nada remplaza a aquellos que se han ido, pero a continuación te presentamos 14 Acciones que ayudarán a transitar tu duelo en épocas decembrinas:
- Organizar una reunión familiar previa y decidir juntos cuáles son las actividades, tradiciones o costumbres que pueden llevarse a cabo, sin que sean una obligación
- Aceptar la legitimidad del dolor, las pérdidas no se olvidan, se elaboran, se lloran, se resuelven. Negar que tras la pérdida hay sentimientos dolorosos, difíciles o desagradables, es negar nuestra humanidad o la conexión con aquella persona tan amada e importante para nosotros
- Expresar todo lo que se sienta es parte de vivir nuestro duelo y son precisamente las emociones y sentimientos los que nos ayudarán a trascenderlo de forma saludable. ¡Sentir es estar vivo!
- Acudir a otros cuando se está adolorido es una de las partes más importantes durante el duelo, ya que gracias a la red de apoyo el duelo puede transitarse con mayor fluidez que cuando no se cuenta con personas en las cuales encontrar ese apoyo tan necesario en los momentos difíciles del duelo, sean fechas especiales o días ordinarios. Los duelos saludables se recorren en compañía.
- Pronunciar el nombre de la persona que ya no está. Es importante en esas fechas especiales, a lo largo del duelo y de nuestra vida, integrar a la persona que ya no está con naturalidad a las conversaciones, a los recuerdos y al diario vivir.
- Dejar conocer los límites personales. Decir lo que queremos y lo que no cuando estamos de duelo, debería ser (y lo es) un derecho de cada doliente. Todos los que verdaderamente nos aman comprenderán si aún no estamos para fiestas o “grandes trotes” , quienes nos aman entenderán que ahora necesitamos unas fiestas tranquilas, un tiempo de introspección para recuperar nuestro equilibrio interior más que de una celebración.
- Expresar la fe. El duelo es uno de los momentos ideales para expresar nuestra fe en obras y si se trata de las fiestas decembrinas en donde la caridad, el compartir y el dar son protagonistas, aprovecha la oportunidad.
- Buscar una ocupación puede ser una gran terapia de apoyo durante el duelo en estas fechas. Revisa qué actividades en esta época se acoplan a tus necesidades y sentimientos y concédeles un espacio en tu agenda, en especial todas aquellas que sean de beneficio y gustosas para ti son ideales.
- Ayudar a otros puede ser una gran alegría en estas fechas y sobre todo permitirnos hacer conciencia de que el sufrimiento es una de las pruebas de nuestra humanidad y que de el pueden nacer el servicio al prójimo y nuestra conexión con todos los seres del universo.
- Personalizar la forma de recordar al ser querido puede ser un acto que cada miembro de la familia lleve en una carta, un pensamiento, una canción, un poema a esa reunión familiar y dar unos momentos al inicio de la reunión, para darle su tiempo y espacio al recuerdo del ser amado conforme al estilo de cada uno
- Cuidarse en el duelo, sean fechas especiales o no, es una regla. No dudes, no te equivoques; si en algún momento has necesitado atención, cariño y cuidados es durante el duelo. Asistir al médico, a terapia si así lo deseas, vigilar que tus hábitos de alimentación, sueño y actividades físicas se mantengan saludables en lo posible siempre sumará a un mejor estado de ánimo y a tu vida.
- Permanecer en contacto. Si bien es importante seguir nuestros deseos, es importante hacerlo amorosamente hacia los más cercanos; por lo tanto, si deseo no asistir a las reuniones familiares, es importante no preocupar a los demás, amargarles la fiesta o generar angustia innecesaria. Hoy más que nunca hay mil maneras de permanecer en contacto para decirles a los otros: “estoy bien”.
- Disfrutar las fiestas es válido, aunque estemos de duelo, seguramente los sentimientos de culpabilidad podrán aparecer; sin embargo es saludable poder experimentar alegría, tristeza, paz, serenidad, enojo o cualquier sentimiento cuando así lo siente nuestro corazón. Así que si encuentras motivos para agradecer y sentir alegría, entrégate al sentimiento por completo. Nuestros estados de ánimos son pasajeros al igual que estas fechas.
- No dejarse involucrar en los mitos festivos, la navidad está dentro de ti. No es necesario el árbol, la cena, las luces. Sólo es necesario que tengas amor en el corazón para ti mismo y para los que más amas no importa si han muerto o si aun siguen con vida, el amor es para siempre.
El duelo en fechas especiales no se trata de borrar u olvidar la historia anterior. Se trata de trascender lo vivido, y con lo vivido, ir más allá de lo que tienes o has perdido hasta hoy, para volver a abrirte a la vida, a la plenitud y a recuperar el sentido; y así, la historia que no puede volver a vivirse puedas reescribirla con cada mirada, cada una de las cosas que se entregaron aquel que ya no está y tu; y así el amor y su obra serán trascendentales y eternos.
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